Rotura de Maquinaria
o que haya sido desmontada para revisión,
limpieza, reparación o traslado a otro lugar
dentro del predio registrado en la póliza.
Llámanos al
Coberturas
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Impericia, negligencia
Y actos malintencionados individuales del personal del asegurado o de extraños.
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La acción directa de la energía eléctrica
Como resultado de cortocircuitos, arcos voltaicos y otros efectos similares, así como los debidos a perturbaciones eléctricas consecuentes a la caída del rayo en las proximidades de la instalación.
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Errores de diseño
Calculo de montaje, defectos de fundición de material, de construcción, de mano de obra y empleo de materiales defectuosos.
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Falta de agua en calderas
Y otros aparatos productores de vapor.
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Fuerza centrífuga
Pero solamente la pérdida o daño sufrido por desgarramiento en la máquina misma.
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Cuerpos extraños
Que se introduzcan en los bienes asegurados o los golpeen.
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Defectos de engrase
Aflojamiento de piezas, esfuerzos anormales, fatiga molecular y autocalentamiento.
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Fallos en los dispositivos de regulación
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Tempestad, granizo, helada y deshielo
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Cualquier otra causa
No excluida en las Condiciones de la Póliza.
Bienes asegurables
Cualquier maquinaria, mientras se encuentre debidamente instalada dentro de las ubicaciones detalladas en la Póliza y una vez que haya pasado satisfactoriamente las pruebas iniciales de operación y funcionamiento, ya sea que esté en operación, revisión, mantenimiento o inactiva pero en condiciones de ser utilizada en cualquier momento, tales como pero no limitadas a:
Todo Tipo de maquinaria sin importar su uso, características o mecanismos; ya sean eléctricos, mecánicos, hidráulicos o una combinación de éstos.
Importancia de los seguros
Cabe recordar la impresión que tuvo Giovanni Papini al contemplar Nueva York desde lo alto del Empire State, por entonces el edificio más grande del mundo. Estaba el novelista asomado a un ventanal cuando Henry Ford le saludó. El industrial americano le preguntó qué hacía allí tan solo, a lo que el escritor le contestó que estaba admirando la ciudad y que le parecía mentira que los hombres hubieran sido capaces de construir algo tan grandioso. El magnate del automóvil se quedó un momento pensativo y le dijo que se equivocaba: “Esta ciudad no la han hecho los hombres. La han hecho los Seguros”
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